(narrador) Parte de los fondos para "The Vietnam War" fueron proporcionados por: Incluyendo a: Y también por estos patrocinadores: Gran parte de los fondos fueron proporcionados por: Y por televidentes como usted.
Gracias.
♪ (narradora) El Banco de América apoya con orgullo la película de Ken Burns y Lynn Novick, La Guerra de Vietnam.
Porque promover diferentes perspectivas y el discurso civil en torno a temas importantes fomenta el progreso, la igualdad, y una sociedad más conectada.
♪ Encontrará más información en bankofamerica.com/ betterconnected.
(hombre) Compartían el peso de la memoria.
Se hicieron cargo de lo que otros ya no podían soportar.
Solían cargarse entre ellos, a los heridos, a los débiles.
Cargaban infecciones, juegos de ajedrez, pelotas de baloncesto, diccionarios vietnamita-inglés, insignias de rango, Estrellas de Bronce y Corazones Púrpura.
Tarjetas plásticas con el código de conducta impreso.
Cargaban enfermedades, como malaria y disentería.
Cargaban piojos, tiña, sanguijuelas y algas de los arrozales, podredumbre y hongos.
Cargaban a la tierra misma... Vietnam.
♪ [aplausos] Al repasar aquellos meses y años en los que he conocido a las esposas y las madres de aquellos de ustedes... que fueron prisioneros de guerra puedo decirles, que eran y son las mujeres más valientes y magníficas que he conocido en mi vida.
[aplausos] Y ahora, si me pasan una copa, quisiera proponer un brindis e sta noche... (narrador) El 24 de mayo de 1973, el presidente Nixon invitó a todos los prisioneros de guerra y a sus familias a Washington.
Entre ellos se encontraba Everett Alvarez, el primer piloto en ser derribado en Vietnam del Norte.
(hombre) A veces siento que nos estaban prestando demasiada atención a nosotros, los prisioneros de guerra.
¿Y dónde quedan los pobres chicos que pelearon en la guerra?
Llegaron a casa y... y ya sabes, algunos amputados, heridos con las lesiones de la guerra.
¿Y qué pasa con ellos?
Tuvimos nuestros propios desafíos, la clave era enfrentarlos y aún así mantener nuestro honor.
De eso se trataba.
(narrador) El doctor Hal Kushner, quien fue prisionero durante más de cinco años, no pudo asistir.
Se reencontró con su familia en Valley Forge.
(hombre) Cuando volamos a Valley Forge, Pensilvania, y salí del helicóptero, vi a mi esposa y a mi hija... A quien no había visto desde que tenía dos años y medio.
Ella nació en 1963.
♪ Tenía 10 años.
Y mi hijo, a quien nunca había visto, estaba a una semana de cumplir cinco años.
Tenía puesta una pequeña corbata y un pequeño abrigo.
Y mi mamá y mi papá.
Mi mamá estaba abrumada de la emoción.
Ese fue... un momento inexplicable.
Nos abrazamos entre todos.
Y mi pequeño hijo tenía una bandera, una bandera estadounidense.
(narrador) Al igual que sucedió con muchos prisioneros de guerra, el matrimonio de Hal Kushner no sobrevivió.
El 29 de marzo de 1973, salieron de Vietnam las últimas tropas estadounidenses.
Se quedaron menos de 200 marines con la misión de proteger las oficinas consulares y la embajada estadounidense, además de otras instalaciones en Saigón.
Miles de otros estadounidenses, entre ellos agentes de la CIA, diplomáticos y contratistas, también se quedaron en Vietnam.
Durante los siguientes dos años, las fuerzas de Vietnam del Norte y del Sur continuarían masacrándose entre sí.
Y el pueblo vietnamita terminaría en el punto en el que estaba al comienzo: atrapados en una aparente guerra civil sin fin y luchando por el tipo de futuro que les esperaba.
Para Estados Unidos el combate terminó, pero la controversia sobre la guerra, no.
(hombre) Lo mejor que se podía decir con claridad sobre Vietnam es que se había derramado sangre por razones poco claras.
La sangre que se derramó fue clara: los cuerpos, las viudas, los huérfanos, eso fue claro.
Nadie lo ponía en duda, aunque los muertos estaban muertos.
Pero la rectitud de la guerra estaba en tela de juicio.
Personas inteligentes con trajes a rayas no podían tomar una decisión sobre la guerra.
Recuerdo que me preguntaba... "¿Valió la pena?"
De pronto todo era un gran error, y bueno, ¿de qué se trataba?
Nosotros respondimos al llamado, yo y más o menos dos millones y medio de jóvenes estadounidenses que fueron a Vietnam.
Era una causa que hacía que el esfuerzo valiera la pena.
En ocasiones las cosas no salen bien y los chicos de las gorras blancas no ganan.
Pero es no hace que... básicamente no hace que la causa sea menos recta.
(narrador) Episodio diez.
El peso de la memoria.
Marzo 1973 en adelante.
El subcomité comienza la reunión... (narrador) Noche tras noche en la primavera, el verano y el otoño de 1973, los estadounidenses vieron como la administración Nixon se derrumbó lentamente.
Chantaje.
Listas de enemigos.
Trucos sucios.
Un vicepresidente que se vio forzado a renunciar.
Perjurio.
Encubrimiento.
Abuso del poder presidencial.
Grabaciones secretas de la Casa Blanca.
(hombre) Señor Butterfield, ¿usted sabe de la instalación de dispositivos de escucha en la Oficina Oval del presidente?
Sí lo sé, así es.
Buenas noches.
El país esta noche se encuentra en medio de la que puede ser la crisis constitucional más grave de su historia.
Hablé con el presidente sobre el hecho de que los siete acusados convictos estaban exigiendo dinero.
Me preguntó cuánto costaría.
Le dije que estimaba que podría ser un millón de dólares o más.
Me dijo que no había ningún problema.
Yo no sabía nada sobre del allanamiento en Watergate antes de que sucediera, tampoco participé ni sabía nada sobre las actividades de encubrimiento que tuvieron lugar después.
Lo más frustrante de ir a Canadá fue que me quedé por fuera del debate aquí.
Hasta hoy me siento frustrado por esa situación.
(narrador) A medida que se destapó el escándalo de Watergate, Jack Todd, quien había desertado del ejército de Estados Unidos y había huido a Canadá, nunca se había sentido tan resentido, tan desencantado y desconectado con lo que al parecer Estados Unidos se había convertido.
Se preguntaba, "¿cómo permitimos que esta pandilla asumiera el poder?"
Luego, tomó una decisión que lamentaría para siempre: renunció a la ciudadanía estadounidense.
(Jack Todd) Pensé que era un acto político, renunciar a la ciudadanía estadounidense.
Y fue la cosa más estúpida que he hecho en toda mi vida.
Soy ciudadano canadiense y me siento orgulloso, es un país maravilloso, pero aquí soy estadounidense.
♪ (hombre) Bien, el acuerdo se llamaba "El Acuerdo para poner fin a la guerra y restaurar la paz en Vietnam".
Y eso era un gran eufemismo, claro está.
La guerra no terminó y... la paz no se restauró.
Si uno lee el contenido de ese acuerdo, puede ver que más bien era un acuerdo para la retirada.
Íbamos a sacar a nuestras tropas a cambio de los prisioneros de guerra.
Esos fueron los dos temas que se resolvieron de forma definitiva con ese acuerdo.
Pudimos retirar nuestras tropas y recuperamos a nuestros prisioneros.
El resto es simplemente un modelo de nebulosidad e imprecisiones que no resolvieron nada.
(hombre) Los estadounidenses acordaron que 145,000 tropas norvietnamitas se quedaran en el Sur después del cese al fuego.
¿Cómo se puede decir que fue un buen cese al fuego si se quedaron 145,000 tropas en nuestro país?
Después del cese al fuego, los norvietnamitas comenzaron a atacar de inmediato.
(narrador) Vietnam del Norte ni Vietnam del Sur tenían la más mínima intención de vigilar el cese al fuego que se había acordado en el tratado que se firmó en París en 27 de enero de 1973.
Incluso antes de que la tinta se secara, ambas partes buscaron apoderarse de la mayor porción de terreno posible en lo que se conoció como "La guerra de las banderas".
A tan solo tres semanas del inicio del cese al fuego, ya se habían presentado más de 3,000 violaciones por parte de ambos bandos.
El presidente de Vietnam del Sur, Nguyen Van Thieu, quien ahora comandaba el quinto ejército más grande del mundo, insistió en que el ERVN se debía retomar cada centímetro del país, algo que no habían logrado hacer incluso con la ayuda de más de 600,000 soldados estadounidenses.
Entre tanto, los norvietnamitas habían atacado Tay Ninh, cerca de la frontera con Camboya, con la esperanza de establecer una capital rival propia en el Sur.
Hanói instaló misiles tierra-aire cerca de Khe Sanh, justo debajo del DMZ.
Al mismo tiempo, las tropas del ERVN atacaron enclaves que estaban bajo el control de Vietnam del Norte.
Los combates se prolongaron durante meses.
Hanói construyó una nueva carretera pavimentada en el mismo Vietnam del Sur, a través de la cual comenzaron a transitar caravanas de 200 y 300 vehículos: camiones, tanques y armamento pesado, circulando a plena luz del día.
Comenzaron la instalación de una tubería gigante de gasolina para abastecer a sus vehículos en el Sur.
Nixon le había prometido a Thieu que respondería con bombardeos del ejército estadounidense si Saigón se llegaba a ver seriamente amenazado.
Pero en Washington, semana tras semana, comenzaron a revelarse todos los secretos de Watergate, y la influencia de Nixon en el Capitolio se debilitó cada vez más.
En junio de 1973, un Congreso revitalizado que tuvo en cuenta el punto de vista de la gran mayoría de estadounidenses, votó por poner fin a todas las operaciones militares en o sobre Vietnam, Laos o Camboya antes del 15 de agosto, e insistió en que no se podían reanudar sin la aprobación del Congreso.
"Estados Unidos quiere paz", afirmó el senador Edward Kennedy de Massachusetts.
"El Congreso tiene la firme determinación de poner fin a la matanza".
(hombre) Abandonar a los sur vietnamitas cuando a fin de cuentas lo único que les estábamos dando era dinero fue reprobable y una falta de respeto a los sacrificios de todos los soldados, los nuestros y los de Vietnam del Sur.
Creo que la obligación moral no se deriva de un compromiso filosófico de acabar con el comunismo.
Ahora se deriva de que cumplamos nuestros compromisos con este antiguo y desafortunado aliado.
Nosotros éramos sus aliados mientras que los aliados del otro bando eran la Unión Soviética y la China comunista.
Creo que a la mayoría de estadounidenses no les gustaría escuchar que los comunistas fueron aliados más leales que Estados Unidos.
Pero de hecho eso fue lo que pasó.
(hombre) Si bien lamento que hayamos retirado nuestro respaldo en algunos aspectos, creo que al final el resultado habría sido el mismo.
Si hubiéramos seguido... nos habría costado probablemente más bajas y a largo plazo el resultado habría sido el mismo.
(narrador) En los 18 meses siguientes a la firma de los Acuerdos de Paz, la posición de Vietnam del Sur se debilitó aún más.
Pero en enero de 1974, pocos estadounidenses estaban prestando atención.
Estaban fascinados con lo que sucedía en su propio país.
Investigar por completo si hay suficientes indicios, según lo considere la Cámara de Representantes, para ejercer su derecho constitucional de destituir a Richard Nixon, presidente de Estados Unidos de América.
(hombre) ¿Señor Danielson?
Sí.
(hombre) ¿Señor Drinan?
Sí.
(hombre) ¿Señor Rangel?
Sí.
(hombre) ¿Señora Jordan?
Sí.
(hombre) ¿Señor Lott?
No.
(narrador) El 27 de julio de 1974, el comité judicial de la Cámara recomendó destituir al presidente por abusar de su poder.
El 9 de agosto, el lugar de enfrentar un juicio por destitución, Richard Nixon se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos en renunciar a su cargo.
Nunca olviden que puede ser que otros los odien, pero aquellos que los odian no ganarán a menos que ustedes se los permitan, y luego terminarán destruyéndose.
(narrador) En el palacio presidencial de Saigón, el presidente Thieu se encerró en su oficina y no quiso recibir a nadie.
Él había arriesgado la supervivencia de Vietnam del Sur por la promesa de Nixon de que las agresiones de Vietnam del Norte serían enfrentadas con nuevos ataques aéreos estadounidenses.
Solo unos días después de que el nuevo presidente, Gerald Ford, se mudara a la Casa Blanca, el Congreso redujo a la mitad los fondos para la asistencia militar y económica que Nixon había prometido dar a Saigón.
Después de la salida del ejército de Estados Unidos, uno de cada cinco civiles se quedó sin empleo y los precios se dispararon.
(mujer) Los estadounidenses cometieron muchos errores, pero el más grave fue crear esa sensación de dependencia.
Otro fue formar un ejército a su propia imagen, un ejército que estaba acostumbrado a luchar en la guerra de un hombre rico.
Y Vietnam del Sur era un país muy pobre como para financiar esa clase de guerra.
(narrador) Con el tiempo, Thieu se hizo más autoritario: cerró periódicos, restringió a los partidos de la oposición y vendía nombramientos políticos y militares.
Una coalición de católicos y budistas lo acusó de corromper todos los aspectos de la vida sur vietnamita, y exigieron su renuncia.
Miles de manifestantes salieron a las calles de Saigón.
Entre tanto, el sueldo de los ya mal pagos soldados sur vietnamitas sufrió más recortes.
Comenzó a desintegrarse.
Casi 20,000 hombres desertaban cada mes, la mayoría para volver a casa a ayudar a sus familias a sobrevivir durante aquella época tan difícil.
Las tropas del ERVN que se quedaron a luchar, con frecuencia debían hacerlo sin el sofisticado armamento que los estadounidenses les habían enseñado a usar.
La mayoría del equipo que Nixon había enviado no se ajustaba a la guerra que ahora estaba librando Vietnam del Sur: aeronaves para las que no había pilotos o tripulación en tierra capacitada, vehículos militares y de artillería que no tenían piezas de repuesto.
Y el Congreso de Estados Unidos no quería darles nada más.
Se comenzó a agotar el combustible y también las municiones.
En menos de lo que pensaron, los artilleros solo podían disparar cuatro proyectiles al día, y los hombres de infantería solo tenían 85 balas mensuales.
(hombre) ¿Cómo se puede pelear con una granada y 85 balas al mes?
Después de disparar 85 balas ya no podías seguir peleando.
La derrota era inevitable.
(narrador) En noviembre de 1974, el Politburó y el Comité Militar Central se reunieron en Hanói para hablar sobre la estrategia.
Algunos miembros recomendaron tener cautela.
Les preocupaba que si Saigón era llevado al colapso con demasiada rapidez, los estadounidenses regresarían.
Ellos calcularon que la victoria final llegaría en 1976.
El primer secretario del partido, Le Duan, no estaba de acuerdo.
"Ahora que Estados Unidos se retiró", dijo, "será muy difícil que puedan regresar".
Ordenó hacer un ataque de "prueba" para ver si los estadounidenses intervenían con bombardeos, al igual que había sucedido durante la ofensiva de Pascua dos años atrás.
En diciembre de 1974, las fuerzas de Vietnam del Norte atacaron Phuoc Long al noroeste de Saigón.
En tres semanas invadieron toda la provincia y mataron o capturaron miles de defensores del ERVN.
Estados Unidos no hizo nada en respuesta.
El presidente Ford tenía en mente otros problemas, como la inflación, el desempleo y tensiones en Oriente Medio.
Ofreció una rueda de prensa que no tranquilizó a los sur vietnamitas.
(reportero) ¿Está considerando medidas adicionales, más allá de medidas adicionales, para ayudar al Gobierno de Vietnam del Sur?
No creo que en este momento ofrezcamos más de lo que estamos haciendo ahora.
(narrador) En Washington no estaban interesados en cumplir la promesa secreta que Nixon le hizo a Thieu varias veces.
Él estaba estupefacto.
(hombre) Cuando la bandera comunista se alzó en la capital de la provincia justo al norte de Saigón, para mí eso fue la señal de que la guerra ya estaba perdida.
Me comuniqué con mi familia y les dije que a pesar de que supuestamente debía quedarme hasta agosto, creía que llegaría a casa antes.
Así que comencé, caja por caja... a enviar por correo mis cosas a casa silenciosamente.
♪ (narrador) Los norvietnamitas después atacaron otras ciudades en el Altiplano central, incluyendo Ban Me Thout, en donde sus fuerzas superaron al ERVN por seis a uno.
♪ Ban Me Thout sucumbió en dos días.
(hombre) Esta era la segunda provincia que caía y sucedió muy rápido... En ese momento se dieron cuenta que no tenían que esperar hasta 1976, que podían entrar ya.
(narrador) En Hanói estaban encantados con la falta de respuesta de Estados Unidos.
Pero todas las ofensivas que Le Duan había lanzado antes, en 1964, 1968 y 1972, habían fracasado.
Esta vez acudió al general Vo Nguyen Giap, el arquitecto de la gran victoria sobre los franceses en Dien Bien Phu, quien había sido relegado durante la ofensiva del Tet.
(hombre) Le Duan se dio cuenta de que necesitaba un gran general que pudiera obtener una gloriosa victoria de la guerra.
Los sucesos en el cuartel general demostraron que a partir de ese momento, el general Giap tenía el control total de la guerra.
(narrador) Durante semanas, el comandante en jefe del ERVN le había advertido a Thieu que sus fuerzas, ya de por sí débiles estaban muy dispersas y que no era posible defender todo el país.
Se opuso muy molesto, pero de repente cambió de opinión.
Thieu ordenó a sus tropas que se retiraran del Altiplano central, incluso si estaban bajo fuego, y que se reagruparan para recuperar Ban Me Thout.
Hubiera sido una tarea casi imposible con un plan cuidadoso.
Thieu no tenía ningún plan.
El resultado sería desastroso.
(hombre) Era una situación confusa.
Se daban órdenes inadecuadas lo que provocó el caos.
Fue cuestión de tiempo para que todo se cayera a pedazos.
(narrador) En una semana, Pleiku y Kon Tum estaban en manos del enemigo.
(Bao Ninh) Después de 30 años de una guerra inconclusa, de repente nos dimos cuenta que Saigón iba a perder.
Incluso un soldado regular como yo podía darse cuenta.
Según los diplomáticos occidentales aquí en Saigón, los sur vietnamitas se están retirando del Altiplano central con la esperanza de evitar una derrota completa.
Se dice que la retirada es para salvar hombres y equipos que pueden ser mucho más necesarios en otras partes del país que son más pobladas.
(Pham Duy Tat) El presidente Thieu ordenó abandonar a los civiles y también a las fuerzas locales.
Cuando todos vieron a nuestras tropas retirarse, se asustaron y huyeron, al igual que muchos de nuestros soldados y sus familias.
Ellos también tenían que irse.
(narrador) Mientras el ERVN huía hacia el sur, 400,000 civiles se fueron con ellos.
El enemigo bloqueó las carreteras principales para que tuvieran que usar un camino alterno que ya no estaba en uso.
Miles murieron a manos de los proyectiles y las ametralladoras de los norvietnamitas, pisoteados por sus compatriotas refugiados, aplastados por tanques que huían, bombardeados por bombas que los pilotos sur vietnamitas lanzaron al confundirlos con el enemigo.
Los reporteros la llamaron "la caravana de las lágrimas".
Entonces, Hue sucumbió.
Llegamos directamente a Hue.
Liberamos la ciudad y nos dirigimos a Danang.
Los soldados títeres se dispersaron y abandonaron sus uniformes.
(narrador) El 29 de marzo de 1975, los norvietnamitas entraron a Danang, la segunda ciudad más grande de Vietnam del Sur.
Tanto civiles como soldados intentaron escapar.
♪ Un reportero estadounidense recordó, "Danang no fue capturada, se desintegró por su propio terror".
♪ (mujer) Llegamos a Danang después de que cayó.
Me asignaron la casa que había sido de un oficial del ERVN.
Sus maletas estaban en la mitad de la casa, no se las pudieron llevar.
Fui a una habitación pequeña.
La hija había estado cosiendo un vestido, pero no lo pudo terminar.
Más tarde, un vecino me dijo que la familia escapó en una barcaza que los llevaba a un barco.
Sin embargo, la barcaza se hundió y todos murieron.
Toda la familia.
En las noches me daba miedo estar en esa casa.
Creía que las almas de los muertos volverían.
Estaba tan asustada que le pedí a algunos amigos que se quedaran conmigo.
(narrador) En la misma playa a la que llegaron los marines estadounidenses casi diez años atrás, dando inicio a la participación directa en la guerra de Vietnam, 16,000 soldados del ERVN luchaban por espacio con 75,000 civiles aterrados a bordo de una flota improvisada de cargueros y barcos de pesca que se dirigían al sur hacia Cam Ranh Bay, Vung Tau y Saigón, a cualquier lugar al que creyeran que las tropas norvietnamitas no los seguirían.
Miles se ahogaron luchando por llegar a los botes.
Miles más murieron en la playa a causa de la lluvia de proyectiles norvietnamitas.
(Ho Huu Lan) Los títeres estaban huyendo.
Antes luchábamos durante todo un año con tan solo un mapa.
En el 75 cambiábamos de mapa todos los días.
En un día avanzamos más de lo que lo habíamos hecho en 20 años.
(narrador) Danang, Tam Ky, Quang Ngai, Qui Nhon, Nha Trang, Cam Ranh Bay... los norvietnamitas se acercaban cada vez más a Saigón.
Era impactante sentarse en Saigón a escribir cómo todos esos lugares caían a diario.
Era abrumador ver, después de diez años como se desbarataba todo.
(hombre) A finales de marzo, 18 divisiones norvietnamitas, más seis en reserva, estaban desplegadas para combatir tan solo seis divisiones sur vietnamitas.
El desequilibrio en efectivos era de tres o cuatro a uno a favor de los comunistas.
Era aterrador.
(narrador) Los norvietnamitas decidieron avanzar hacia Saigón y tomársela antes del cumpleaños de Ho Chi Minh, el 19 de mayo.
Para el jefe de la CIA en Saigón, Thomas Poglar, fue evidente que era hora de preparar la evacuación.
Todavía quedaban 5000 estadounidenses en Saigón y había al menos 250,000 civiles sur vietnamitas y sus familias que habían cooperado con Estados Unidos.
Pero el embajador Graham Martin no estuvo de acuerdo.
Era un combatiente decidido de la Guerra Fría, quien había sido nombrado para reafirmar el constante apoyo estadounidense ante Thieu, y sus sentimientos se habían intensificado después de la muerte de su hijo en Vietnam.
No lo habían nombrado embajador, le dijo a un asistente, para "entregarle Vietnam a los comunistas así no más".
Dijo que la CIA estaba siendo alarmista, que no habría un ataque en Saigón, y por lo tanto no habría evacuación.
El presidente Thieu también siguió insistiendo en que no todo estaba perdido.
El ERVN estaba listo para "combatir hasta que se acabaran la última bala y el último grano de arroz", dijo.
Las fuerzas norvietnamitas atacaron el pueblo de Xuan Loc en la Autopista Uno, a tan solo 65 kilómetros de Saigón.
Ese era su último obstáculo.
Si bien eran superados en número y en armas, el comandante sur vietnamita se rehusó a retirarse.
Estaba determinado a mantener al enemigo fuera de su capital.
(reportero) ¿Está seguro de que puede defender Xuan Loc?
Claro que sí.
Estoy seguro.
Le aseguro que podemos defender Xuan Loc.
Incluso cuando el enemigo, ya sabe las fuerzas del Gobierno son tres o cuatro veces más que las mías.
Pero no hay problema, no hay problema.
(Gerald Ford) Una gran tragedia humana ha ocurrido a nuestros amigos de Vietnam y Camboya... (narrador) El 10 de abril, el presidente Ford solicitó ante una sesión conjunta del Congreso ayuda de emergencia para Saigón.
Si se rehusaban y Saigón caía, el Congreso debía asumir la culpa, no la Casa Blanca.
Estados Unidos estuvo en Indochina bajo cinco presidentes y 12 congresos.
Millones de estadounidenses prestaron servicio, miles murieron y muchos otros resultaron heridos, fueron capturados o desaparecieron... (narrador) El presidente le solicitó al Congreso $722 millones en asistencia militar.
No hubo aplausos.
La mayoría de legisladores y sus electores pensaban que era muy tarde para que las cosas cambiaran.
Al final, el Congreso votó en contra de la asistencia militar.
(hombre) No creía que era bueno que una nación tan grande como Estados Unidos se comportara así.
Porque en ese momento no les estábamos pidiendo la sangre de los soldados estadounidenses.
Es decir, se lavaron las manos en el último minuto sin más.
Un diplomático no debería referirse a los estadounidenses con palabras fuertes, pero es algo que lamento mucho.
(hombre) Rompimos todas las reglas para sacar a la gente de allí, los oficiales jóvenes.
Mientras, el embajador no cedía ante la embajada ni tampoco ante Washington.
(narrador) Finalmente se fijaron los planes para evacuar.
Había cuatro opciones: Por mar, en buques de carga anclados en el puerto de Saigón, por aire en aviones comerciales, en aviones militares y, como último recurso, una evacuación por aire en helicópteros hacia una flotilla de barcos de la armada estadounidense estacionada en el mar de China Meridional.
El embajador Martin seguía sin estar muy interesado en el tema.
El mínimo indicio de que Estados Unidos iba a abandonar Vietnam del Sur, dijo, generaría pánico en las calles.
El 21 de abril, Xuan Loc finalmente cayó en manos de los norvietnamitas.
El ERVN combatió durante 12 sangrientos días.
La Autopista Uno ahora estaba libre para llegar a Saigón.
Esa noche, el presidente Thieu renunció.
Cuatro días más tarde, la CIA transportó a Thieu a Taiwán, en donde un emisario estadounidense le entregó un mensaje privado del presidente Ford.
No era un buen momento para que él viajara a Estados Unidos, el sentimiento antiguerra era muy fuerte.
"Es muy fácil ser enemigo de Estados Unidos", dijo Thieu, "pero muy difícil ser amigo".
La noticia de la renuncia de Thieu hizo que miles de vietnamitas asustados se dirigieran al aeropuerto Tan Son Nhut con la esperanza de salir del país.
Algunos tenían visas para salir.
Muchos no.
Los marines hicieron lo que pudieron para restablecer el orden.
El sargento mayor Juan Valdez era el suboficial a cargo de los guardias de seguridad del cuerpo de marines en Saigón.
Había sido uno de los primeros marines en llegar a Vietnam en 1965.
(hombre) Las personas estaban intentando sobornar a los marines.
Les llevaban dinero, joyas, todo para salir del país.
Creo que todos los marines que estaban en las puertas se encontraron con estos ofrecimientos.
Pero tenían que rechazarlas.
(narrador) La familia de Duong Van Mai Elliot había escapado de Hanói en 1954 dejando a su hermana mayor atrás, Thang, quien se unió a las fuerzas de Ho Chi Minh.
Ahora, 20 años después con las fuerzas norvietnamitas acercándose a Saigón, se enfrentaron con la posibilidad de tener que huir otra vez.
(Duong Van Mai Elliot) Mi madre no se quería ir.
Decía que no quería volver a ser refugiada.
Había sido refugiada muchas veces, además, mi hermana Thang estaba apunto de llegar y nos íbamos a ver después de muchos años.
Así que dijo que se quería quedar y ver a Thang.
Mi padre estaba decidido a irse porque tenía miedo de ser asesinado si se quedaba.
Se molestó con mi madre.
Pelearon, pero al fin mi madre cedió ante su insistencia de que... de que se tenían que ir.
(Phan Quang Tue) Sabía que el final estaba cerca.
Cuando estás en el centro de una tormenta tienes que salir.
Mi familia inmediata, mi padre y yo nos dirigimos al aeropuerto de Tan Son Nhut.
Durante todo el trayecto les dije, "saben, esto es una locura, ¿por qué nos tenemos que ir en estas condiciones?"
Fue muy humillante.
Y llegué a Estados Unidos cargando esa humillación.
Cuando hice fila para inscribirme a un empleo, yo les recordaba la guerra de Vietnam, algo que los estadounidenses detestan.
Para sentir esa humillación hay que perder un país y un sueño.
(mujer) Mis padres tuvieron nueve hijos, ocho niños y yo.
Cuatro de mis hermanos murieron en la guerra contra Francia.
Cuando ganamos, todos habían sido asesinados.
Yo nunca me quise casar, pero mis superiores me persuadieron.
"Si solo te enfocas en combatir y no te reproduces, ¿de dónde vendrán nuestros soldados del futuro?"
Afortunadamente sí me casé y tuve dos hijos, cuando crecieron también se unieron al ejército.
Y entonces en 1975, cuando estábamos apunto de ganar, el primero de febrero, mis dos hijos fueron asesinados.
(mujer) Siempre enviamos una corona de flores a su tumba en Arlington en parte para recordarlo, claro está, pero también en nombre de otras personas que sufren o de aquellos que los visitan para rendirles un homenaje.
Es bueno que ellos sepan que las personas... que los soldados son recordados.
(Gerald Ford) Hoy, Estados Unidos puede recuperar el orgullo que sentía antes de Vietnam.
Pero eso no se puede lograr al volver a pelear una guerra que, en lo que respecta a Estados Unidos, ya acabó.
(narrador) El 27 de abril de 1975, cayeron cohetes en el corazón de Saigón.
Esa era la señal de que los norvietnamitas iban a dar inicio a su principal ataque sobre la ciudad.
Atacaron desde cinco frentes, "como un huracán", en palabras de su comandante.
La Casa Blanca ordenó que todos los barcos de carga estadounidenses zarparan sin esperar pasajeros.
La opción de salir por mar estaba descartada.
♪ Cuando los comunistas comenzaron a atacar el pueblo costero de Vung Tao, al suroriente se Saigón, miles de personas aterradas se subieron en cualquier contenedor que pudieron con la esperanza de ser rescatados por los estadounidenses.
Antes de que el éxodo terminara se lograron rescatar más de 60,000 refugiados de Vung Tau.
Pero miles quedaron atrás, flotando speranzas en el mar.
En la embajada estadounidense, el embajador Martin le envió un mensaje a Henry Kissinger, que ahora era Secretario de Estado, y le dijo que era "la opinión unánime de los altos oficiales que no habría un ataque directo o serio sobre Saigón".
(hombre) Muchos de nosotros comenzamos a preguntarnos si él había perdido el sentido de la realidad.
En los últimos días se enfermó de neumonía.
Estaba muy débil.
Es posible que eso haya hecho mella en su juicio.
(narrador) Los encargados de la evacuación con cautela fijaron dos puntos dentro de la embajada como posibles puntos para el aterrizaje de helicópteros: un patio en el que cabían helicópteros grandes, y el helipuerto en el techo de la embajada, para los helicópteros más pequeños.
Había un viejo árbol de tamarindo en el centro del patio.
Una y otra vez los marines le pidieron permiso al embajador para cortarlo y así evitar que fuera un obstáculo durante las evacuaciones que estaban seguros no tardarían en comenzar.
Él siempre se rehusó.
Ese árbol simbolizaba la determinación estadounidense, dijo.
Cortarlo enviaría un mensaje equivocado.
Entre tanto, el general Duong Van Minh, quien había participado en el golpe de Estado que derrocó al presidente Diem 12 años atrás, se posesionó como nuevo presidente de Vietnam del Sur.
Hizo un llamado a un cese al fuego inmediato y pidió a los estadounidenses que salieran en 24 horas.
El 29 de abril a las 3:58 de la mañana, comenzaron a caer cohetes norvietnamitas en el aeropuerto Tan Son Nhut.
Los norvietnamitas estaban lanzando proyectiles de artillería de 130 milímetros sobre el aeropuerto y destruyeron la pista.
Estaban tan cerca que era posible sentir los proyectiles pasando sobre la cabeza.
(narrador) Dos guardias marines, el cabo segundo Darwin Judge de Marshalltown, Iowa, y el cabo Charles McMahon Jr., de Woburn, Massachusetts, murieron en el bombardeo.
Fueron los últimos estadounidenses en caer en Vietnam.
(Juan Valdez) Hasta el día de hoy culpo al embajador.
Esto no tendría que haber pasado.
Si el embajador hubiera hecho algo para sacar a las personas de allá, como era su deber, eso jamás habría sucedido.
(narrador) Las pistas estaban llenas de cráteres y bloqueadas por aviones destruidos, plagadas de bombas abandonadas y tanques de combustible.
Los estadounidenses se quedaron sin opciones para evacuar.
Era hora de llamar a los helicópteros de la flota en altamar.
No había forma de evacuar a todos los sur vietnamitas que todavía estaban allí.
Finalmente, el árbol de tamarindo en el centro del complejo de la embajada fue talado para que los helicópteros pudieran aterrizar.
(Juan Valdez) Talaron un gran árbol de tamarindo, lo cortaron en pedazos y lo botaron.
Luego, solicitaron al departamento de bomberos que limpiara todos los desechos para que cuando los helicópteros aterrizaran estos no se metieran a los motores.
(narrador) Justo antes de las 11 de la mañana, se emitió una señal pre acordada por una frecuencia de radio especial en la capital.
"La temperatura en Saigón es de 105 grados y va en aumento".
Debía venir acompañado de la canción "White Christmas", de Bing Crosby, pero el DJ no pudo encontrar la grabación y en su lugar puso la versión de Tennessee Ernie Ford.
Estadounidenses y vietnamitas con sus papeles en regla se reunieron en los puntos acordados y abordaron caravanas de buses.
Los sur vietnamitas molestos atacaron los buses a los lados a medida que avanzaban hacia el aeropuerto entre las concurridas calles de Saigón.
Philip Caputo, que ahora cubría la caída de Saigón, estaba entre los evacuados.
(Philip Caputo) Nos evacuaron desde la base aérea Tan Son Nhut.
Pero pasamos en coche por la embajada y pudimos ver una aglomeración... una horda de gente contra las paredes, mientras los marines estaban ahí golpeándolos con la culata de sus armas para evitar... evitar que subieran por las paredes.
(narrador) En el aeropuerto, los evacuados se dividieron en grupos para los helicópteros de 50 y caminaron por un pasillo largo hacia la pista.
Alguien en el grupo de Caputo bromeó diciendo que por fin veía "luz al final del túnel".
Los helicópteros despegaron.
Y volaban, dirigiéndose hacia la costa.
Y al mirar hacia abajo, a Saigón, lo único que se podía ver alrededor de la ciudad, del aeropuerto, eran columnas de humo debido a los edificios que se estaban quemando y la artillería que estaba explotando.
Nunca olvidaré cuando íbamos por la línea costera y vimos la séptima flota en su totalidad.
Docenas y docenas y esa flota enorme que estaba allí.
Recuerdo la sensación de no poder creerlo, pero también me sentía aliviado al mismo tiempo.
♪ (Juan Valdez) Alrededor de la embajada había unas 12,000 personas.
Se suponía que debíamos evacuar a los estadounidenses y ¿se suponía que también debíamos a evacuar a los sur vietnamitas que trabajaron con nosotros en la embajada?
La CIA estaba detrás de nosotros y señalaban a las personas que podían salir.
Cada vez que uno se acercaba a un individuo para sacarlo, otros nos tomaban del brazo intentando sostenerse para que los ayudáramos.
(hombre) Algunos estadounidenses salieron tan rápido que dejaron sus radios.
Así que sus amigos sur vietnamitas transmitían rogando ser rescatados.
"Soy Han, el conductor".
"Soy el señor Ngoc, su traductor".
Me di cuenta de lo que los estadounidenses hicieron en Vietnam con frecuencia.
Se habían olvidado de que los vietnamitas eran seres humanos.
Mi experiencia en Vietnam, con frecuencia, había sido como la de un B-52 que bombardeaba dese el aire.
Nunca me había tenido que enfrentar a las consecuencias de mis acciones.
Podía dejar las puertas de las bombas abiertas y aun así permanecer distante.
(narrador) En otras partes de la embajada, los marines destruían documentos clasificados frenéticamente.
(Juan Valdez) En la parte alta del techo había dos incineradores debajo del helipuerto.
Los marines quemaron material clasificado todo el tiempo.
Pero tengo entendido que cuando salieron, aún quedaba material clasificado en la embajada.
(Frank Snepp) Cuando finalmente comenzaron a llegar los helicópteros, al bajar el viento de las aspas abrió las bolsas, y quedó un montón de material clasificado en todo el parqueadero.
Cuando los norvietnamitas llegaron, al parecer pegaron los trozos, que se convirtió en un listado que les serviría para rastrear a aquellos vietnamitas que habían trabajado para nosotros.
(narrador) Los oficiales de la embajada echaron bolsas de dinero a un barril con gasolina y les prendieron fuego.
Millones de dólares de fondos de contingencia terminaron hechos humo.
"Este será el último mensaje desde la estación de Saigón", dijo el jefe de la CIA, Thomas Polgar, en un mensaje a Washington.
"Ha sido una lucha prolongada y hemos perdido...".
"Quienes no aprenden de la historia están condenados a repetirla.
Esperemos no tener otra experiencia similar a la de Vietnam y que hayamos aprendido a lección... Saigón, fuera".
Más de 50 helicópteros cruzaban el cielo de Saigón de un lado para otro recogiendo personas en techos designados así como en la embajada, para luego llevarlos hacía altamar y regresar por más.
Algunos oficiales sur vietnamitas desesperados también hicieron uso de helicópteros para ellos y sus familias, invadiendo peligrosamente el espacio de los portaviones estadounidenses.
No había espacio para ellos.
(James Willbanks) La imagen que tengo en mi memoria es la de un helicóptero que estaban empujando hacia un lado del portaviones porque en Vietnam ese helicóptero lo era todo.
Limpiaba, reabastecía.
Proporcionaba apoyo de artillería.
Era todo.
Y en lo único que pensaba era, "qué desperdicio".
Cuando vi lo que estaba pasando, me sentí... responsable.
Me sentí avergonzado.
Les habíamos dicho a estas personas que los apoyaríamos, y no fue así.
(Frank Snepp) Cerca de las 9:15 de la última noche, Polgar se me acercó y dijo, "nos tenemos que ir todos ya.
Es la orden de la sede central" (narrador) El embajador Martin quería ser el último hombre en salir.
Pero cerca de las 4 de la mañana del 30 de abril, un helicóptero CH-46 aterrizó en el techo de la embajada.
Su piloto tenía órdenes directas del presidente, Martin tenía que irse ahora.
"Supongo que es todo", dijo.
Al subirse al helicóptero, le entregaron enrollada la bandera de Estados Unidos que había ondeado en el asta el día anterior.
Despegó a las 4:58 a.m. y se dirigió a altamar.
El presidente Ford también ordenó que a partir de ese momento, solo evacuarían estadounidenses.
Decenas de miles de sur vietnamitas se quedaron atrás.
Y más de 400 todavía estaban esperando en el patio de la embajada.
Una y otra vez les habían asegurado que los helicópteros iban en camino a recogerlos.
(Stuart Herrington) Me ordenaron quedarme con los vietnamitas para tranquilizarlos, es decir, para que no se dieran cuenta que todas las promesas que les hicimos eran una farsa.
Sentí un gran dolor en el alma, la pasé muy mal.
Estaba oscuro, así que no tenía que preocuparme por mirarlos a los ojos, pero me inventé una excusa y... tengo que ir al baño, les dije.
Y entonces me dirigí entre la panorámica y tortuosa ruta hacia la puerta de atrás de la embajada hacia el edificio de la cancillería, y subí al techo.
(narrador) En el complejo quedaban unos 129 marines.
Hicieron todo lo posible por regresar a la embajada y subir al techo de forma que los vietnamitas no se dieran cuenta que estaban apunto de abandonarlos.
(Juan Valdez) Nos encerramos en la embaja y subimos al techo.
Y estando allí ver esa masa de gente.
Algunos ya habían entrado al complejo de la embajada y rompieron las puertas.
Fue así como esos sur vietnamitas lograron entrar a la embajada.
(hombre en televisión) Esta acción es el fin de un capítulo de la experiencia estadounidense.
El presidente le pide a los ciudadanos que cierren filas para evitar las recriminaciones sobre el pasado y que trabajemos juntos en una de las grandes tareas que todavía no hemos logrado cumplir.
Ahora, para hablar sobre los sucesos de los últimos días y para contestar sus preguntas, los dejo con el Secretario de Estado, Henry Kissinger.
(reportero) Señor secretario, ¿está seguro de que todos los estadounidenses que querían salir finalmente dejaron Saigón?
¿Tiene algún estimado de la cantidad que se quedaron atrás?
No tengo idea de cuántos estadounidenses se quedaron atrás.
Tengo la seguridad de que todos los que querían salir ya no están en Saigón.
Pero lo que este país necesita ahora es sanar las heridas y dejar Vietnam en el pasado... (narrador) Un asistente le entregó una nota a Kissinger.
Decía que de algún modo, 129 marines fueron abandonados en el techo de la embajada.
Se enviaron helicópteros a recogerlos.
Al final, solo quedaban el sargento Valdez y diez hombres de seguridad de la embajada.
Pero pasó una hora y no había señales de más helicópteros.
La radio no funcionaba y los marines no tenían forma de ponerse en contacto con la flota para saber si alguien venía en camino.
(Juan Valdez) Todo se detuvo, nos estaban dejando abandonados.
Las personas estaban sentadas sumergidas en sus pensamientos... casi nadie hablaba.
Decidimos que íbamos a pelear, a usar las armas cortas que teníamos y que íbamos a pelear hasta el final.
Vimos dos columnas de humo que salían desde altamar.
A medida que se acercaban nos dimos cuenta de que eran helicópteros.
Sentimos un gran alivio.
Uno de los marines, creo que era el sargento primero Sullivan, mi asistente, comenzó a jalarme cuando se preparaba la rampa.
(narrador) A las 7:53 de la mañana del 30 de abril de 1975, salió el último helicóptero del techo de la embajada.
El sargento mayor Juan Valdez fue el último estadounidense en abordar.
Al Gobierno de Vietnam del Sur le quedaban menos de cinco horas de vida.
El presidente Minh habló desde el palacio a media mañana.
Instó a las fuerzas que quedaban del ejército sur vietnamita a que dejaran de pelear.
"Estamos aquí esperando", dijo, "para entregar el poder y detener un baño de sangre innecesario".
Si Minh no hubiera ordenado que se rindieran, habría sido una situación terrorífica.
Todos hubiéramos muerto.
Mis amigos del ERVN maldijeron al presidente Minh.
Lo odian porque ordenó la rendición y dejó que los comunistas ganaran.
Mis amigos en Estados Unidos aún maldicen a Minh, pero se les olvida que si él no hubiera dado esa orden, ellos no habrían ido a Estados Unidos y no serían ciudadanos de ese país.
Hubieran muerto conmigo en Saigón.
Cuando el presidente Minh ordenó la rendición, yo todavía tenía el helicóptero que comandaba y tenía un piloto... por último, decidí no huir.
Tuve que aceptar lo que pasaría.
Todos hablaban de un baño de sangre.
Como católico no me podía suicidar, como lo hicieron muchos otros.
Así que acepté mi destino.
(narrador) Al mediodía, los tanques norvietnamitas que ondeaban banderas del Viet Cong se abrieron paso por las puertas del palacio presidencial.
No pasaron muchas horas para que los solados triunfadores estuvieran llamando a Saigón, ciudad Ho Chi Minh.
En toda la ciudad, los soldados del ERVN se quitaron los uniformes e hicieron lo mejor posible para mezclarse entre la multitud.
Las familias quemaron sus álbumes de fotos para que no quedara evidencia de que sus hijos o esposos habían luchado a favor de Vietnam del Sur.
El coronel Tran Ngoc Toan había combatido a los comunistas durante más de 12 años y sobrevivió a las terribles heridas que recibió en la batalla de Binh Gia.
Lideraba lo que quedaba del cuarto batallón sur vietnamita de la marina en Bien Hoa, 30 kilómetros al este de Saigón.
Ya su comandante en jefe había sobornado algunos agentes para subir a un barco y huir del país.
Un amigo estadounidense le insistió a Toan para que saliera del país también, pero él se rehusó.
(hombre) Pero dije que no.
No puedo abandonar a mi país.
Traté de caminar de regreso a Saigón a encontrarme con mi familia.
Me quería morir.
En ese momento, quería morir inmediatamente.
No quería vivir más.
Pero, pensé en mi familia todavía allá, en mis hijos, tenían 9 y 4 años.
Así que pensé en ellos y seguí caminando hasta regresar con mi familia.
(narrador) Un oficial de policía sur vietnamita caminó hasta un monumento construido para honrar a aquellos que cayeron defendiendo Vietnam del Sur.
Lo saludó, se quedó de pie allí durante un rato, y luego se disparó en la cabeza.
(Duong Van Mai Elliot) Fue un final muy complicado para una guerra muy complicada.
Cuando terminó me sentí aliviada pero también triste... Sentí alivio de que las muertes... y la destrucción por fin habían acabado, y no me importaba que bando hubiera ganado... Para mí, ganó Vietnam.
Ganó el pueblo de Vietnam porque por fin podrían vivir, ya sabes, normalmente.
Y estaba triste porque mi familia tenía que volver a huir, esta vez de su país y su futuro era muy incierto.
Además, sabía que la sociedad vietnamita cambiaría mucho ahora que los comunistas estaban en el poder.
(narrador) Lo Khac Tam llevaba combatiendo con el ejército de Vietnam del Norte durante casi diez años, comenzando con el sangriento combate en el valle de Ia Drang, la primer batalla a gran escala de la guerra estadounidense.
Ahora, era testigo del fin de esa guerra.
(Lo Khac Tam) No podía salir a la calle.
Recordaba a mis compañeros caídos.
Yo sobreviví, pero lloré su pérdida.
Cada vez que escucho la canción, "te has ido, tres veces te has ido y nunca regresaste", siempre lloro porque quiero mucho a mis hermanos caídos.
Por fin llegamos al final del túnel en Vietnam, pero no hay luz.
Lo que hay allí es, tal vez, como lo dijo el presidente Ford, "una guerra que terminó".
(hombre) Yo estaba en una conferencia en la Universidad Tufts.
Y... el decano había sido un embajador que se dirigió a nosotros más tarde ese día, que resultó ser el día clave.
Nos dijo que acababa de llegar de Washington... en donde el clima primaveral era hermoso, los narcisos habían florecido, y ahora estaba en Boston donde el clima era sombrío y gris, como su corazón.
Las personas lo silbaron y lo abuchearon.
Yo tenía mi uniforme puesto ese día.
Una de las cosas que más lamento fue no haberme levantado a lanzarles basura a las personas que irrespetaron al embajador y su dolor por la caída de Vietnam del Sur.
Me llamaron unos amigos de aquellos tiempos de la oficina nacional de la VVAW.
Estaban celebrando y bebiendo, en fin era un gran día, ¿verdad?
Y les dije, "¿están locos?
No, no es un gran día".
Ver a Estados Unidos salir de esa manera después de todo lo que dimos, casi 60,000 de nuestros hijos e hijas.
No era el momento de celebrar.
Sabía que estábamos abandonando a millones de sur vietnamitas que habían confiado en nosotros, que se arriesgaron con nosotros.
No había nada que celebrar, para mí era uno de los momentos más tristes en la historia de Estados Unidos.
Cuando un futuro político por alguna razón sienta la necesidad de arrastrar al país a una guerra, puede ser que venga a Arlington y se ponga de pie por allá para anunciar sus planes.
(Bao Ninh) La guerra de Vietnam duró 30 años, de 1945 a 1975.
Yo fui uno de los que tuvo la fortuna de volver a casa.
Llegué a la puerta de mi hogar después de haber estado seis años en la guerra.
Seis años sin una carta.
Durante seis años, mi madre no supo si yo estaba vivo o muerto.
¿Se imaginan la felicidad de una madre?
La guerra hizo muy infelices a las mujeres, y luego las hizo muy felices.
Mi madre lloró, pero no hicimos festejo.
Así son los vietnamitas.
De inmediato mi madre pensó en los vecinos que acababan de recibir una notificación por muerte.
En nuestro edificio de apartamentos reclutaron a seis jóvenes, y yo fui el único que volvió.
No nos atrevimos a celebrar ni a expresar nuestra felicidad porque nuestros vecinos perdieron a sus hijos.
(Tom Vallely) En Vietnam triunfó el partido Comunista.
Ellos también sufren de excepcionalismo.
Y ese excepcionalismo se convierte en un obstáculo de la misma forma en que nos sucedió a nosotros.
Así que unificaron a un país desde el punto de vista militar, pero en realidad no pudieron unificar al país después de eso.
Ellos, ellos lo intentaron, pero no lo lograron.
(narrador) Al final, no hubo un baño de sangre de la envergadura que muchos habían imaginado, pero se cree que cientos, tal vez miles de personas fueron asesinadas en las áreas rurales en actos individuales de retaliación política y venganza.
Aquellos que prestaron servicio en el régimen de Thieu, desde generales a funcionarios ordinarios, debieron someterse a una reeducación.
A los hombres enlistados se les dijo que solo debían cursar tres días de "estudio", mientras que los funcionarios no debían asistir durante más de un mes.
(Pham Duy Tat) Algunos pensaban que irían a los campos por poco tiempo.
Pero yo no.
Estuve detenido en un campo de reeducación durante 17 años y medio.
Fui de las últimas 100 personas en ser liberadas.
Cuando hablaban de los campos, en la prensa decían "ir a estudiar".
Nunca nadie dijo "ir a prisión".
(narrador) Se cree que un millón y medio de personas fue sometida a alguna forma de adoctrinamiento.
Los cementerios del ERVN fueron arrasados o clausurados, como si el recuerdo de un Vietnam del Sur independiente y aquellos que murieron por esa causa se pudiera suprimir.
(Duong Van Mai Elliot) Los comunistas, en su esfuerzo por eliminar los vestigios del régimen anterior... no permitieron que los sur vietnamitas que habían perdido a sus hijos en la guerra hicieran el duelo, que tuvieran una tumba ni honrar su memoria.
Eso provocó una división que existe hasta el día de hoy.
El hecho de que los ganadores no le dieron un espacio a los perdedores.
(Nguyen Ngoc) Nos convertimos en un solo país, pero debo decir que el pueblo vietnamita nunca ha estado más dividido que ahora.
(narrador) Después de 30 años de guerra, la mayoría de Vietnam estaba en ruinas.
Se estima que murieron tres millones de personas, en el norte y en el sur.
Muchas más resultaron heridas.
Miles de niños de soldados estadounidenses fueron abandonados.
Era necesario reconstruir las aldeas, se tenía que recuperar la tierra.
Las ciudades estaban atestadas con refugiados.
Millones de personas no tenían empleo.
El presidente Ford impuso un embargo económico.
Washington se rehusó a reconocer el nuevo Gobierno de Vietnam.
Pero Le Duan y sus compañeros del Politburó seguían siendo optimistas.
"Nada más puede pasar", dijo un miembro del comité.
"Los problemas que enfrentamos son nimiedades en comparación con los que teníamos antes".
Le Duan decidió, con la ayuda de la Unión Soviética, convertir a todo Vietnam en lo que el llamó "puesto de avanzada inexpugnable del sistema socialista".
A la fuerza, Hanói hizo de la agricultura del Sur colectiva, prácticamente abolió el capitalismo, nacionalizó las industrias y nombró planificadores para que dirigieran todo dentro de una línea comunista estricta.
El resultado sería un desastre económico.
La inflación subió hasta 700 por ciento al año.
Las personas morían de hambre.
(Bao Ninh) Nada fue peor que los diez años que vinieron después de la guerra.
Nuestro nivel de vida colapsó, llegó al punto más bajo.
Fue absolutamente espantoso.
Durante la guerra las personas aceptaban las dificultades, pero después de la guerra fue culpa de los grandes errores de las políticas económicas estalinistas.
Fueron los problemas económicos del comunismo.
(narrador) Para agravar los problemas, Vietnam terminó nuevamente en guerra, atrapado entre los intereses de dos potencias comunistas que antes habían sido sus aliados: China y la Unión Soviética.
Después que el brutal régimen maoísta de Camboya hiciera redadas en áreas fronterizas, las tropas vietnamitas, con las armas y el impulso de los soviéticos, cruzó la frontera en 1978 y lo derrotó.
Después siguieron diez años de una campaña de contrainsurgencia que algunos llamaron "el Vietnam de Vietnam".
Antes de que llegara a su fin, los vietnamitas perderían cerca de 50,000 hombres, casi la misma cantidad de estadounidenses que murieron durante su guerra.
Entre tanto, la China comunista, decidida a castigar a Vietnam por invadir Camboya, y también a demostrarle a Moscú que no podía actuar libremente en Asia Sudoriental, envió 85,000 tropas para atacar el norte de Vietnam.
Devastaron áreas a lo largo de la frontera antes de que los vietnamitas los repelieran.
(reportero) Mar de China Meridional, 1978.
Llegan a la costa a razón de 10,000 mensuales.
Mucho más rápido de lo que Estados Unidos o cualquier otro país están dispuestos a recibir.
Vienen en busca de un recuerdo evasivo: la promesa de Estados Unidos... (narrador) Con el tiempo, un millón y medio de personas huirían de Vietnam: simpatizantes del antiguo régimen de Saigón, refugiados de la nueva guerra que surgió en la frontera con Camboya, y residentes de ascendencia china, a quienes el nuevo Gobierno trató con especial crueldad.
Cientos de miles de "personas de los botes" fallecieron.
Otros, sufrieron en campos de refugiados a lo largo de Asia Sudoriental.
Unos 400,000 lograron llegar a Estados Unidos, en donde se asentaron prácticamente en todos los estados: industriosos, emprendedores, mucho más dispuestos a hacer parte de la vida política estadounidense y con más posibilidades de convertirse en ciudadanos estadounidenses que cualquier otro grupo de inmigrantes de Asia.
Pero para esta primera generación de vietnamitas estadounidenses, sería imposible dejar atrás los recuerdos de su tierra natal.
(Tran Ngoc Toan) Soy muy feliz ahora casi 30 años después, que sé que tomé una buena decisión para mí y mi familia, aunque me gustaría poder regresar a Vietnam a morir allá.
Quisiera decirle a mis hijos, "quiero regresar a Vietnam para vivir allá lo que me queda de vida", pero no tengo el valor porque los lastimaría, y no quiero que me mal entiendan.
(hombre) Recuerdo que yo estaba con una de mis hijas, en una intersección y un sujeto tocó con fuerza el claxon.
Cuando recuperé el sentido yo me encontraba sobre el capó de su auto intentando romper el parabrisas.
Había gente mirándome, era una locura.
Una locura.
Entonces empecé a pensar que eso era muy extraño.
Me devolví a mi auto lentamente, mi hija, que tenía cuatro años, me miraba como preguntándose "¿qué había sucedido?"
Yo también lo preguntaba, no tenía idea, no sabía que tenía que ver con la guerra.
(narrador) Es tan antiguo como la guerra misma.
Los antiguos griegos lo llamaban "la locura divina".
En la Guerra Civil, era "corazón de soldado", "neurosis de guerra" durante la Primera Guerra Mundial, y "fatiga por combate", durante la Segunda.
Después de Vietnam, recibió un nuevo nombre, "trastorno de estrés postraumático", TEPT.
(Karl Marlantes) Lo que nos dicen es que el trastorno no desaparece.
Pero ahora, si alguien toca el claxon y me pone nervioso, mi corazón se acelera y durante cinco minutos voy a estar así.
Pero, diez, nueve, es solo un idiota que tuvo un mal día.
Ocho, siete, seis, no es nadie que te esté disparando, estás a salvo, es siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno.
Lo puedo controlar, antes no podía porque no entendía lo que me pasanba.
(narrador) Parte del dolor de muchos veteranos era las ansias del país por olvidar la guerra.
Hubo pocos desfiles.
En cierto modo, todos llegaron de Vietnam solos.
Cuando llegué a casa, estaban mis padres, mis hermanos y hermanas y mi esposa, y todos se abrazaban yo no le podía relatar a mi esposa o a mi madre lo que había visto en Vietnam, lo que había hecho allí.
Podría haber hablado de eso con mis hermanos, pero, ellos sabían que yo no quería.
Simplemente es algo que no se dice, como bienvenido, Vince... fuiste al infierno, pero bienvenido.
(narrador) En abril de 1981, un panel de ocho arquitectos y escultores se reunieron en un hangar de aeronaves en la base aérea Andrews a las afueras de Washington.
Debían elegir el diseño ganador para un monumento a los caídos en Vietnam entre más de 1,400 propuestas.
El monumento fue idea de un veterano terco, un antiguo tirador de nombre Jan Scruggs quien, después de tener una escena retrospectiva aterradora le dijo a su esposa que quería "construir un monumento en honor a todos los hombres que sirvieron en Vietnam.
Tendrá los nombres de todos los que murieron".
Junto con otros veteranos, fundó una organización sin ánimo de lucro: Fondo de los Veteranos del Monumento de los Caídos en Vietnam, y comenzó a trabajar para recaudar dinero y a hacer planes.
Al final, unos 650,000 estadounidenses contribuyeron con más de 8 millones de dólares.
Los jueces eligieron la propuesta número 1026.
(reporterea) La estudiante de arquitectua de la Universidad de Yale, Maya Ying Lin, de 21 años, obtuvo el premio de $20,000 dólares.
Su diseño consiste en dos triángulos alargados de granito negro empotrados en una colina con los nombres de los 57,692 hombres y mujeres que fallecieron en la guerra.
Lin, cuyos padres emigraron desde China en la década de 1940 a Ohio, pensó que no ganaría porque su diseño era muy extraño y muy contundente.
La idea general que tenía era como describir una travesía, una que llevara a las personas a experimentar la muerte en un contexto en el que se es un observador, en donde no se puede estar del todo con los muertos nunca.
No quería transmitir algo como, "todo está bien, ya terminó", porque no es así.
(narrador) Las diferencias con respecto a la guerra influyeron en el sentir de las personas sobre el diseño propuesto.
Algunos de quienes pensaban que la guerra había sido injusta e inmoral temían que de algún modo el monumento la glorificara.
Otros pensaban que ese diseño austero no le hacía justicia a la causa por la que habían luchado los estadounidenses.
El escritor Tom Wolfe lo rechazó tildándolo de "tributo a Jane Fonda".
(hombre) No me importan las percepciones artísticas.
No se necesita saber sobre arte para apreciar este monumento por lo que es: una cicatriz negra, ese es el color universal del dolor, de la vergüenza y de la degradación en todas las razas y sociedades del mundo.
En un hoyo, como si se ocultara en un símbolo de vergüenza.
(mujer) Señor presidente, miembros de la comisión.
Me dirijo a ustedes como un individuo, un miembro del público en general.
¿Cuáles son las imágenes memorables de la guerra de Vietnam?
Un guerrillero al que le disparan a sangre fría.
Una niña desnuda, quemándose, que corre gritando a lo largo de un camino polvoriento.
Creo que Maya Lin tuvo razón al ir más allá de esa clase de imágenes.
Ella tradujo todo el dolor y el conflicto de esa época tan triste en un mensaje sencillo de sacrificio y heroísmo silencioso.
(narrador) En un acto de respaldo oficial hacia el diseño de Maya Lin, la organización Madres de los Estadounidenses Estrella de oro habló por muchos.
"En la actualidad", dijeron, "el patriotismo es un asunto complejo... pero tal vez es por eso que las líneas de granito en forma de V que se mezclan delicadamente con la colina... transmiten el único punto sobre la guerra en el que tal vez todas las personas estén de acuerdo: que aquellos que murieron deben ser recordados".
♪ ♪ (hombre) Cuando me bajé del auto y me acerqué al muro, la intensidad con la que te atrapa me superó.
Caminas... hasta allá, ves los nombres, y los tocas.
Es muy intenso.
No me gustó el muro de Vietnam.
Me pareció un horrible foso negro que decía que los únicos que deben ser recordados son los muertos, no porque sean héroes sino porque son víctimas.
No fui, hasta un año en el que iban a poner una corona de flores en frente del nombre de mi compañero de habitación.
Tenía que ir.
Así que he ido cada año a recordar a aquellos que perdimos.
Y... Camino hacia la izquierda al fondo y deslizo mis dedos sobre ese nombre.
Vas a ese muro, e incluso mi hijo que tenía tan solo nueve años, la primera vez que lo llevé, y ves más de 58,000 nombres y sabes que al lado de esos hay nombres de madres, padres, esposas o hijas cuyas vidas cambiaron por completo por culpa de esa maldita guerra.
(mujer) He ido al muro... más de una vez.
Cuando pienso sobre la guerra, sobre las cosas horribles, ya sabes, que les decíamos a los veteranos que estaban regresando a casa, les decíamos que eran asesinos de niños y cosas peores, yo me siento muy triste al respecto... solo puedo decir que nosotros también éramos unos niños, al igual que ellos.
Me aflige, en la actualidad me aflige, me duele pensar en las cosas que les dije, que dijimos.
Lo siento.
Lo siento.
♪ (mujer) Yo no quería ir.
Y fue una hermosa... mañana de verano.
Primero fuimos al Monumento de Lincoln... un lugar reconfortante.
Y, luego cruzamos la calle y caminamos hacia la entrada.
Al principio no se puede ver bien el muro y entonces te vas acercando a la colina de césped.
Cuando por fin lo vi literalmente me quedé sin aliento.
Claro que sollocé.
Me cargaron para que pudiera tocarlo.
Encontré el nombre de mi hermano.
Vi el nombre de mi hermano junto con esas personas.
Había tristeza, pero ahora él tampoco estaba solo.
Estaba con otras personas.
Estaba ahí para que la gente supiera y pensara al respecto.
Y no había sido olvidado, no estaba perdido.
Para mí fue increíblemente sanador y liberador.
A medida que me acercaba desde el estanque reflectante pude ver muchos nombres en esos muros.
De repente se me cerró la garganta y pensé, "no puedo hacerlo, no puedo hacer esto ahora".
Y colapsé.
Y todas esas lágrimas que había estado conteniendo... no lloré, sollocé.
Me arrodillé, sollozando.
No podía parar, no podía respirar.
Estaba muy agradecido con Dios por estar ahí.
Y pensé: Esto va a salvar vidas.
De seguro así será.
♪ ♪ (Tom Vallely) Me impactó la belleza y lo pacífico que Vietnam se veía desde el aire.
Por mi cuerpo corría una sensación de expectativa.
Había trabajado muy duro durante meses con otras personas, organizando este viaje y negociando nuestra llegada con el Gobierno vietnamita.
¿Cómo estás?
Toi ten.
Tom Vallely.
Regresé a Vietnam como veterano para aprender sobre la historia y para ver qué tanto había cambiado.
Desde 1975, solo 200 estadounidenses habían visitado Vietnam, y la mayoría eran corresponsales que habían estado en el Sur.
Muchos de los niños al caminar por las calles nos dicen, "Lien Xo, lien Xo", que significa "ruso", entonces les decimos, "no lien Xo, toi la nguoi My, soy estadounidense".
Su rostro se iluminaba y nos decían, "i¡estadounidense!"
La voz corría como fuego por el patio de la escuela o por la calle sobre que habían llegado unos estadounidenses.
Salían y eran muy amigables.
Adiós.
i¡Adiós!
(narrador) Tom Vallely había servido con los marines en Vietnam.
16 años después, ese país lo volvió a atraer.
Fundó el programa de Vietnam de la escuela Kennedy de Harvard y ayudó a educar a algunos de los futuros dirigentes del país.
(Tom Vallely) Tuve una gran participación muy activa en reconectar a Estados Unidos y a Vietnam y en la forma de lograrlo.
Pasé una década de mi vida uniendo los pedazos.
(narrador) Aunque Estados Unidos no tenía relaciones diplomáticas con Vietnam, los veteranos habían comenzado a regresar por su cuenta, a ir a los lugares en los que habían luchado, a encontrarse con antiguos enemigos, a plantar árboles, construir escuelas y a intentar dejar la guerra en el pasado.
Vallely trabajó muy de cerca con otros veteranos, entre ellos tres senadores estadounidenses, quienes se convirtieron en los estadounidenses más influyentes a favor de normalizar las relaciones: John McCain de Arizona, quien fue prisionero de guerra durante seis años, John Kerry de Massachusetts, antiguo comandante de Swift Boat y Bob Kerrey de Nebraska, antiguo seal de la marina.
Su tarea no sería fácil.
En Hanói insistieron que Estados Unidos debía prometer fondos para la reconstrucción.
Por su parte, Estados Unidos exigió que se informara sobre los 2,500 estadounidenses cuyos restos nunca fueron encontrados.
Hanói, con 300,000 soldados desaparecidos por su lado, se rehusó a cooperar.
Pero algunos sucesos en Vietnam y más allá de sus fronteras sirvieron para lentamente destrabar las cosas.
¿Quiénes reconocieron los problemas?
Los veteranos.
Ellos derramaron su sangre en el campo de batalla y después volvieron a las aldeas y se vieron forzados a vivir de esa forma en los colectivos.
Los soldados agricultores fueron quienes cambiaron este país.
(narrador) Le Duan murió en 1986, Sus sucesores adoptaron lo que se conoció como Doi Moi', una política de refromas económicas más pragmática.
Cuando la Guerra Fría terminó, la asistencia soviética se acabó, y Hanói finalmente comenzó a ayudar a los equipos militares de Estados Unidos a buscar los restos de los solados estadounidenses.
(Tom Vallely) Los arquitectos de la normalización fueron los vietnamitas, no los estadounidenses.
La normalización de Vietnam es una estrategia del partido Comunista para unirse al mundo.
Quieren ser parte del mundo.
Y Estados Unidos les dificulta ese objetivo.
Así que John McCain insiste, "bueno, quieren la normalización, entonces deben liberar a todos los prisioneros de los campos de reeducación".
"¿quieren normalización?"
dijo John Kerry, "necesito toda la información sobre los desaparecidos".
(narrador) En 1994, después de que los vietnamitas cumplieran con las exigencias de los estadounidenses, Estados Unidos levantó el embargo comercial.
El siguiente año la normalización se completó.
El nuevo embajador estadounidense era Pete Peterson, quien había sido prisionero de guerra en Hanói durante seis años.
En noviembre de 2000, el presidente Bill Clinton viajó a Vietnam.
Fue el primer presidente en visitar ese país desde que Richard Nixon fue y pasó revista a las tropas 31 años antes.
(Barack Obama) Ahora podemos decir algo que antes era inimaginable: en la actualidad, Vietnam y Estados Unidos son socios.
Hemos demostrado que los corazones pueden cambiar y que un futuro diferente es posible cuando nos negamos a ser prisioneros del pasado.
(hombre) Algunos de mis camaradas que viven en las ciudades a veces se encuentran con veteranos estadounidenses.
No hablan el mismo idioma, pero se alegran mucho de encontrarse.
Se abrazan, se tratan como los veteranos que ya son.
Hemos dejado el pasado atrás.
A pesar de que todavía tengo balas en mi cuerpo, quiero cerrar el capítulo de la guerra.
Ahora debemos mirar hacia el futuro, cuando nuestros hijos puedan ir a estudiar a Estados Unidos, y aprender las mejores y más hermosas cosas de los estadounidenses, y pueden conocer a la gente que vive allí.
(hombre) Regresé a Vietnam.
Me puse en contacto con una organización de veteranos de una provincia.
Es una gran organización de veteranos vietnamitas, todos antiguos enemigos.
Todos eran enemigos.
Pero habían envejecido, como yo.
Son hombres de mi edad, todos abuelos.
Después de evaluarnos entre sí y de verificar si el encuentro era político o no, no pudieron haber sido más amables y adorables.
Me aceptaron como un hermano soldado.
Intercambiamos recuerdos dolorosos, relatos.
Y yo hice una pequeña ceremonia en honor a los compañeros que perdí, en honor a los enemigos vietnamitas que asesinamos.
Y solo les dije que podían estar en paz.
Fue un viaje maravilloso... Único, ya sabes.
No es un cierre, pero te da tranquilidad.
Te da paz.
(narrador) En Vietnam, la mayor parte de la tierra ha sanado.
Las antiguas hostilidades han quedado atrás.
Pero los fantasmas siguen allí.
Estadounidenses y vietnamitas trabajan juntos para limpiar las áreas en donde el agente naranja contaminó la tierra.
Explosivos que no explotaron y que están escondidos en el terreno siguen cobrando vidas cada año.
Padres y madres, ancianos del norte siguen recorriendo el sur para saber qué sucedió con sus hijos e hijas.
(Lo Khac Tam) Los padres de los soldados de mi unidad me confiaron su cuidado.
Algunos de los cuerpos nunca fueron hallados, y me siento culpable día y noche.
En mis sueños me persiguen imágenes brutales de la guerra y de la muerte.
Creo que es porque no he cumplido con mi obligación.
No los he encontrado.
Todos los días recibo llamadas e gente que me pregunta, "mi hijo prestó servicio en su compañía en ese regimiento.
Fue asesinado en el campo de batalla.
¿Ya lo encontraron?"
Debo decir que no.
(Nguyen Ngoc) Creo que se puede decir que la guerra de Vietnam fue una canción heroica, pero también una gran tragedia.
Ahora, en Vietnam hemos empezado a reconsiderar la guerra, a hacer preguntas, ¿era necesaria la guerra para conseguir justicia?
¿Fue lo correcto?
La guerra terminó.
Ahora debemos enfocarnos en vivir.
Lo mas importante es darle sentido a las lecciones de la guerra en nuestras vidas.
♪ (hombre) Cuando salimos de Vietnam dando tumbos estábamos comenzando a dudar de nosotros mismos.
Esa es una sensación extraña a la que los estadounidenses no estamos acostumbrados.
Rara vez dudamos de nosotros mismos.
Esta resultó ser la guerra más amarga y más conflictiva, o la segunda guerra más amarga y conflictiva en toda nuestra historia.
Todavía nos causa dolor.
Tenemos un sentimiento de culpa con respecto a Vietnam.
(narrador) Más de cuatro décadas después de que finalizó la guerra, las divisiones que creó entre los estadounidenses no han sanado del todo.
Se aprendieron las lecciones, pero luego se olvidaron.
Se zanjaron diferencias, que luego se acentuaron, se revelaron antiguos secretos, y se ocultaron unos nuevos.
La guerra de Vietnam fue una tragedia, incalculable e irremediable.
Pero se le puede encontrar un sentido a través de las historias individuales de aquellos que la vivieron, los relatos de coraje, camaradería y perseverancia, de comprensión, perdón y, en últimas, de reconciliación.
(Tim O'Brien) Compartían el peso de la memoria.
Se hicieron cargo de lo que otros ya no podían soportar.
Solían cargarse entre ellos, a los heridos o a los débiles.
Cargaban infecciones, juegos de ajedrez, pelotas de baloncesto, diccionarios vietnamita-inglés, insignias de rango, Estrellas de Bronce y Corazones Púrpura.
Tarjetas plásticas con el código de conducta impreso.
Cargaban enfermedades, como malaria y disentería.
Cargaban piojos, tiña, sanguijuelas y algas de los arrozales, podredumbre y hongos.
Cargaban a la tierra misma, Vietnam.
El lugar, el terreno.
Un polvo naranja rojizo cubría sus botas, su agotamiento y sus rostros.
Cargaban el cielo.
Toda la atmósfera, la cargaban.
La humedad, los monzones, el hedor a hongos y a descomposición, todo, cargaban la gravedad.
Se movían como mulas.
De día recibían disparos de francotiradores, de noche les lanzaban morteros.
Se arrastraban entre túneles, avanzaban a un punto mientras les disparaban.
Pero no era una batalla, era la marcha sin fin, de aldea en aldea.
Marchaban por el bien de la marcha.
Andaban lentamente a paso firme, atontados, inclinándose hacia el calor, sin pensamientos, todo carne y huesos, simples gruñidos en solidaridad con sus piernas, subiendo por las laderas y bajando hacia los arrozales, atravesando ríos, subiendo y nuevamente bajando, tambaleándose, un paso y luego el siguiente y uno más, ellos hacían que sus piernas se movieran.
Sobrevivieron.
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